viernes, 30 de noviembre de 2012

~Capítulo Cuarenta y Siete: “Exclusivamente tú.”~



Melanie Flint

Respiré hondo. Vamos, Mel, ya estás aquí, no seas cobarde, aprieta el timbre de una vez. Eso hice, llamé y un minuto después, la madre de Louis me abrió la puerta.

- ¿Se acuerda de mí? –dije tímida.
- ¿Y tú te acuerdas de que te dije que no me llamaras de usted? –dijo ella sonriéndome.- ¿Qué tal estás? –dijo y dirigí mi mirada al suelo.- Oh, preciosa lo siento, ha sido una pregunta tonta.
- No es nada.-sonreí.- ¿Está…él? –pregunté.
- Claro, pasa, que te vas a congelar ahí fuera.-entré con ella y las gemelas cruzaban en ese momento el pasillo correteando.- No corráis, os vais a caer.-al instante pararon.
- Hola chicas.-las saludé.
- ¡Mel! –dijeron las dos a la vez y vinieron hasta donde estábamos, me agaché para quedar a su altura y me abrazaron. Eran adorables.
- ¡Hoy es el cumple de Louis! –dijo entusiasmada Daisy. Reí.
- Sí, lo sé.
- ¿Eres su regalo? –preguntó Phoebe.- Le hemos preparado una fiesta, ¿te vas a quedar?
- No lo sé, pequeña.-le sonreí. Y entonces aparecieron las dos que faltaban.
- ¡Hola Melanie! –me saludaron las dos con un beso en la mejilla.
- Creí que ibas a venir con Louis.-dijo Fizzy.
- Vale ya de tantas preguntas chicas, creo que ha venido a algo importante, ¿verdad? –dijo Jay.- Está en su habitación, sabes donde es. Suerte preciosa.
- Gracias Jay.-sonreí y me dirigí al salón para subir al piso de arriba.
- ¿Ha pasado algo con mi hermano, Mel? Está rarísimo desde que llegó, mamá lo sabe pero nadie me cuenta nada.-dijo Lottie a mi lado, acompañándome a la habitación.
- Ha sido un malentendido. Eso es todo.-le contesté.
- Espero que se solucione.-dijo.- Hacéis buena pareja, me gustas para mi hermano.-sonreí.
- Eso espero yo también. Gracias pequeña.-besó mi mejilla y me quedé sola frente a la puerta de su habitación que estaba cerrada. Llamé suavemente con la mano.
- Mamá, ya te he dicho que quiero estar un rato solo aunque sea mi cumpleaños.-sonó su voz al otro lado de la puerta.

Decidí abrir la puerta y entrar. Estaba tumbado en la cama, mirando al techo con los ojos cerrados.

Louis Tomlinson

Desde que había llegado a Doncaster no había parado de pensar en ella ni un solo momento, pasaba los días tumbado en la cama pensando en cómo había podido hacerme eso, dándole vueltas, buscando una razón que no encontraba. Se lo había contado a mi madre y según ella debería haberla escuchado y hacer frente a los problemas.

Era mi cumpleaños, “si vamos, uno de los mejores que voy a pasar, aquí, amargado completamente”, mi madre estaba empeñada en que saliera de la habitación, creo que tenían preparado algo así como una fiesta. Mis ganas de ir a una fiesta eran nulas, cero, pero lo tendría que hacer por ellas, mi madre y mis pequeñas que seguramente lo habrían preparado con ilusión durante varios días, sí, pero eso no iba a impedir que siguiera encerrado hasta la hora de la fiesta.

Llamaron a la puerta, las madres podían ser realmente pesadas, sé que ella solo quiere que esté bien y agradezco que se preocupe por mí pero hay momentos en que uno necesita estar solo, aunque da igual, ellas nunca lo entenderán.

- Mamá, ya te he dicho que quiero estar un rato solo aunque sea mi cumpleaños.-grité para que me escuchara. Aun así escuché que la puerta se abría. Me incorporé.- Mamá, de verdad.-no continué al verla allí. ¿Qué hacía ella aquí?
- No es bueno que uno esté solo en su cumpleaños.-dijo evitando mirarme a los ojos.
- Supongo que no, pero es lo que me apetece.
- Pues yo no voy a irme hasta que no hablemos.-dijo seria.
- Creo que quedó todo bastante claro el otro día.- La quería, mucho, más de lo que nunca hubiera podido imaginar que llegaría a querer a alguien pero mi cabeza me decía que vi lo que vi y era muy cabezón.
- No, por supuesto que no quedó nada claro el otro día, no tienes ni idea de lo que pasó.- Sí, igual de cabezota que yo.
- Y supongo que no me vas a dejar en paz hasta que te escuche, ¿verdad?
- Exactamente.-contestó esbozando una pequeña sonrisa. Esa sonrisa que me volvía loco.
- No me queda más remedio entonces.-refunfuñé volviendo a cerrar los ojos. Mi cabeza no hacía más que decirme que no podía perdonarla, que había visto cómo se besaba con él, cómo me engañaba. En cambio, mi corazón decía que la escuchara y que corriera a abrazarla. Escuché como soltaba un suspiro antes de empezar a hablar.
- Sé que me viste besándome con Jake.-¿Lo reconoces, Mel? Ahora si que me he quedado sin palabras.- Bueno más bien, me besó él. Pero te perdiste la mejor parte.-soltó una pequeña risa. ¿Esto qué es? ¿Dónde tiene la gracia? No lo entiendo, encima me va a contar los detalles al parecer.- Le pegué una bofetada por hacerlo.-inconscientemente una sonrisa se apoderó de mi cara.- Y eso fue todo lo que pasó, me besó a la fuerza y se llevó su merecido, sabes perfectamente que nunca te engañaría, sabes que no soy así pero sobre todo sabes, o al menos deberías saber, lo mucho que te quiero, Louis. Puedes creerme o no, pero te puedo asegurar que solo pasó eso y que por supuesto no significó nada para mí.-escuché sus pasos por la habitación, en dirección a la puerta.- Solo me queda pedirte perdón por el daño que haya podido causarte.-suspiró.- Pásalo bien en la fiesta.-y oí que cerraba la puerta.

Me levanté de la cama. ¿Qué narices había hecho? Me lo había explicado todo y tenía sentido, la verdad, y yo soy un completo imbécil y al no decir nada se ha marchado, pensando seguramente que no quiero verla ni en pintura. Idiota, más que idiota. Fui a abrir la puerta para salir a buscarla pero tropecé con algo. Un paquete, envuelto en un papel brillante de color azul, tenía una pequeña tarjeta: “¿Eres el Tommo Tomlinson? –sonreí.- Entonces ábrelo, esto es para ti” Quité el papel rápidamente y abrí la caja, lo primero que había era una nota.

¡Felicidades! Y ¡Feliz Navidad! Esto de que hayas nacido el mismo día de Navidad es fastidioso, ¡tengo qué pensar dos regalos! No es justo, tengo que pensar el doble. Seguramente ahora te estarás riendo, ¿verdad Tomlinson? –tenía razón, no había podido evitar reír ante ese comentario.- Bueno, a lo que íbamos, después de darle muchas vueltas he pensado hacerte los dos regalos en uno, y sí, está todo en esta cajita, aunque te parezca que no va a ser gran cosa. Tienes dos sobres, el que tienes que abrir primero es el azul, es una especie de juego. Sigue leyendo esto antes de ponerte a ver todo lo que hay dentro, que nos conocemos.-dejé la nota sobre el escritorio y abrí el sobre azul, saqué lo que había dentro, eran fotos nuestras, pero antes de verlas detenidamente, la hice caso y continué leyendo.- Tienes que adivinar cuándo nos hicimos cada foto, la solución está escrita por detrás, pero ¡no hagas trampas! –sonreí y empecé a ver las fotos. En la primera salíamos en Hyde Park, sin duda cuando nos conocimos, el día del Tour por Londres, giré la foto “El día del tour, recuerdo que me llamaste pesada, muy mal, Louis, muy mal” Reí de nuevo y pasé a la siguiente. En la playa, grabando el videoclip. “Este mini viaje fue genial a excepción de mi bigote, lo mejor, por supuesto, tú caída en mi trampa”. Después había una en la que salíamos bastante arreglados, debía ser en la fiesta de cumpleaños de Niall “El cumpleaños de Nialler, en aquella fiesta pasaron dos cosas: me llamaste enana por primera vez, que sepas que no me gustaba nada que me llamaran así, hasta que me lo dijiste tú, y la segunda: interrumpieron lo que hubiera sido nuestro primer beso” Quedaban tres fotos, una en la playa de Los Ángeles “Otra vez allí, un viaje inolvidable con el chico perfecto”, otra el día de los bolos “Una derrota que trajo muchas risas para nosotras” y en la última salíamos dándonos un beso, el último día antes de vacaciones en Londres, cuando salimos a cenar, cuando todo estaba bien entre nosotros “Nuestra foto más bonita, en mi opinión.” Dejé las fotos al lado de la caja y cogí de nuevo la nota.- ¿Qué tal ha ido? ¿Las has adivinado o has fallado todas? Sí has acertado continúa si no…bah, abrirás el otro sobre de cualquier forma. Espero que te guste lo que hay dentro, quizás no sea nada caro ni de marca pero creo que es especial y eso quería que fuera el primer regalo que te hacía: especial. Pensarás seguramente que es cursi, idiota, bobo, pero me da exactamente igual porque así soy yo: cursi, idiota, boba. –“Lo eres” pensé, “MI cursi, MI idiota, MI boba”-Venga, Tommo, sé que te mueres por saber qué hay dentro, así que te dejo que lo veas tranquilamente. Te quiere, una enana.”

Cogí el otro sobre, de color amarillo, en él había varias tarjetas de colores, escritas por ella, empecé a leerlas:

Vale por una sonrisa.”
“Vale por una zanahoria.”
“Vale por un café del Starbucks.”
“Vale por una pelea en la nieve.”
“Vale por un día de compras.”
“Vale por una salida al cine.”
“Vale por un día de picnic.”
“Vale por una tarde en casa, acurrucados en el sofá.”
“Vale por una cena romántica.”
“Vale por un desayuno en la cama.”
“Vale por miles de besos.”
“Vale por un millón de te quiero’s.”

Dejé todo en el escritorio y salí corriendo de la habitación. Mi madre estaba con las demás en el salón.

- ¿Se ha ido? –le pregunté.
- ¿Qué le has dicho? Ha salido llorando de aquí.-contestó mi madre. Mierda, mierda, mierda.
- Nada.
- ¿Cómo que nada?
- Eso, me he quedado callado como un imbécil.
- Mamá, Louis ha dicho una palabrota.-me acusó Phoebe.
- ¿Qué has hecho qué? Hijo, siento decirte que sí, efectivamente eres tonto. Haz el favor de ir a buscarla ahora mismo y arreglarlo todo, no quiero verte más días por aquí como un alma en pena.-Asentí, cogí el abrigo y salí rápidamente de casa. Esperaba que no se hubiera subido al tren de vuelta a su casa.

Melanie Flint

No decía nada, seguía tumbado en la cama sin ni siquiera abrir los ojos para mirarme, eso me hacía pensar que no tenía solución.

- Pásalo bien en la fiesta.-saqué de la mochila la caja de su regalo, lo dejé en el suelo y salí de la habitación, cerrando la puerta tras de mí. Me apoyé en la pared del pasillo mientras las lágrimas, imposibles de controlar ni un segundo más, caían por mis mejillas. Respiré hondo, me las limpié con la manga del jersey y bajé para irme de allí. Me encontré con Jay y las niñas en el salón.
- ¿Qué ha pasado, cielo? ¿Le has dicho todo lo que me habías contado antes? –Sí, se lo había contado antes de hablar con Louis. Asentí con la cabeza.- ¿Entonces?
- No tiene solución, no me cree y lo entiendo, prefiere fiarse de lo que vió aunque yo desearía que no fuera así.-le dije intentando mantenerme fuerte.- Gracias por todo, Jay.-me abrazó.- Adiós chicas.-me despedí de ellas con la mano y salí de allí.

Hacía frío en la calle, pero poco me importaba, empecé a caminar, sin prisa y sin dirección por las calles de Doncaster mientras volvía a derrumbarme. No podía creer que todo hubiera terminado así, me negaba a creerlo pero era lo que había sucedido, había hecho todo lo posible pero había sido inútil.

Seguía andando cuando escuché que alguien me llamaba.

- Mel, Mel, espera por favor.- Su voz. ¿Era él o alucinaciones mías? Miré hacia atrás. No, no eran alucinaciones, corría hacia donde estaba yo, intentando alcanzarme. Paré de caminar y unos segundos después estaba frente a mí.
- ¿Qué quieres, Louis? –le dije.- Me ha quedado ya todo muy claro, me iré y haremos como que esto no ha pasado y repito, siento si te he hecho daño.
- No, no, espera por favor.-me pidió.- Mel, lo siento, perdón por no haberte escuchado y haberme ido así, sin dejar que me explicaras pero es que solo pensar en la idea de que podrías elegirle a él antes que a mí, me mataba por dentro, -cogió mi cara con sus manos, haciendo que nos miráramos a los ojos y que me perdiera en los suyos, unas veces grises, otras más azules.- Sé que me he comportado como un idiota hace un rato, debería haberte dicho algo.-juntó su frente con la mía, cerrando los ojos.- Perdóname, perdóname, perdóname.-susurró varias veces.
- Calla y bésame de una vez.-susurré a lo que él respondió con una sonrisa, haciendo segundos después que nuestros labios se juntaran mientras nuestras lenguas empezaban con su juego favorito.
- Te quiero enana.-dijo cuando nos separamos escasamente unos milímetros.-
- Te quiero Lou.-ambos sonreímos.
- Vamos a casa.-dijo cogiéndome de la mano, haciendo que nuestros dedos se entrelazaran.- ¿De verdad fuiste capaz de pegarle? –dijo andando de nuevo hasta su casa. Asentí.
- Se lo merecía y no solo por besarme, aún me la debía por haberme engañado.-contesté y él rió.
- Eres muy rencorosa.-dijo sonriendo.- Pero tenías toda la razón, tus labios solo los puedo besar yo.
- Exclusivamente tú.-dije antes de que me robara un pequeño beso.

 Hey girls! Aquí tenéis otro capitulo más, espero que os haya gustado. No sé cuando podré subir el siguiente porque esta tarde me voy a León a pasar el fin de semana y no voy a poder escribir y luego, entre semana tengo un montón de trabajos que hacer para la uni así que...bueno, escribiré cada vez que tenga un ratito los últimos capitulos :) Gracias por todo. Love you all <3

domingo, 25 de noviembre de 2012

~Capítulo Cuarenta y Seis: “Decidido”.



Melanie Flint

Después de desayunar las cinco entre risas, Vic y yo subimos a darnos y una ducha y vestirnos, aunque íbamos a quedarnos en casa no íbamos a estar en pijama. Cuando terminé de vestirme, algo sencillo, unos vaqueros y una camiseta de manga larga, recibí un sms de mi madre.

- Chicas tengo que ir un momento al centro comercial, recado de mi madre, ahora vuelvo.-dijo poniéndome el abrigo.
- Aquí te esperamos.-me contestó Ann y salí de casa.

Caminé hasta el centro comercial mientras iba escuchando la radio, justo salió What Makes You Beautiful lo que hizo que inmediatamente sonriera y me acordara de todo lo que nos había pasado estos meses. Llegué en seguida al centro comercial y entré por el pasillo de la derecha, que era el que me llevaba más rápidamente al supermercado para comprar el par de cosas que mi madre me había encargado pero antes de llegar a mi destino me encontré con la única persona de todo Wolverhampton a la que no quería ver por nada del mundo.

- ¿No me vas a saludar, Mel? –dijo cuando intenté pasar de él.
- No me llames así y no, no pensaba hacerlo.
- Ese chico con el que sales te ha vuelto mal educada. Eso no está bien, Mel.-volvió a hablar.
- Al menos él no me engaña a la primera de cambio.-me estaba sacando de quicio, le di la espalda para irme pero me cogió del brazo, haciéndome quedar frente a él.
- Vamos Mel, eso solo fue un error, aquella noche estaba borracho.-dijo cada vez más cerca de mí.
- Y me alegro de haber visto aquellas fotos, gracias a eso estoy con él que es mucho mejor que tú.
- Lo dudo.-dijo casi pegado a mí.- Vamos, reconócelo Mel, estás deseando que te bese ahora mismo.
- No me hagas reír, es lo último que quiero.-dije intentando escapar de su agarre pero me sujetó con más fuerza y me besó. Intentaba separarme pero sus manos sobre mis mejillas lo hacían difícil aunque segundos después lo conseguí.- Eres un gilipollas, Jake. Ni se te ocurra volver a hacer eso jamás.-grité enfadada y le dí una bofetada en la mejilla derecha, lo que hizo que la gente que pasaba por allí se nos quedara mirando.-

Le dejé allí plantado pasando su mano donde le había pegado y no pude soltar una risilla de camino al supermercado. No era de ese tipo de chicas agresivas pero se había comportado como un auténtico capullo y se lo merecía. Compré lo que mi madre necesitaba y salí de allí escuchando de nuevo un poco de música. Cuando iba llegando a casa, vi en frente de la puerta de la casa de Liam a él y a Louis con una maleta en la mano. ¿Qué hacía él aquí? Sonreí inconscientemente, me alegraba que hubiera venido.

- ¡¿Louis?! ¿Qué haces aquí? Creí que ibas a Doncaster.-dije entusiasmada, acercándome a ellos. Fui a saludar a Louis con un beso pero se apartó, cosa que me extrañó, ¿había pasado algo que yo no supiera?-
- Me voy ahora mismo, así no seré un estorbo y tendrás el camino libre.-
- ¿De qué hablas? Louis no entiendo nada.-dije poniéndome algo nerviosa, algo no iba bien.
- No te hagas la tonta, te he visto en el centro comercial, con tu querido Jake.-miró al cielo. ¿Qué? ¿Qué lo ha visto? Está claro que no lo ha visto todo.- Liam, ¿me acompañas a la estación? No tengo nada más que hacer aquí.-él asintió con la cabeza.
- Pero Louis déjame que te explique.-le miré mientras se me empezaba a nublar la vista.
- No hay nada que explicar Mel, lo he visto todo muy claro. ¿Lo has pasado bien engañándome este tiempo?
- Louis, créeme, ha sido él quien lo ha hecho, yo…te quiero.-las lágrimas no aguantaron más tiempo sin salir.- de verdad.
- No puedo creerte.-dijo y empecé a andar en dirección a la estación mientras Liam le seguía.

Me quedé rota, destrozada por dentro con sus últimas palabras. No confiaba en mí y yo le quería, estaba enamorada de él y por el imbécil de Jake todo se había ido a la mierda. Ni siquiera me había dejado explicarle lo que había pasado. Se había ido, así, sin más.

Liam Payne

Estuve con Louis en la estación, intentando que entrara en razón y se quedara, que hablara con ella. La conocía desde siempre y sabía perfectamente que ella nunca haría eso, que le amaba demasiado como para echarlo todo a perder así de repente. Pero al igual que ella, Louis era un cabezota que terminó por subirse al tren rumbo a Doncaster. Volví a casa y me la encontré sentada en la acera de la calle, llorando. Me senté a su lado y la abracé, sabía que eso era lo que necesitaba, nada de preguntas, solo un abrazo y sentir que estaba allí para apoyarla.

- Vamos a casa, anda.-le dije cuando parecía haberse calmado un poco.
- ¿Están los demás aquí? –preguntó levantándose. Asentí con la cabeza.
- Era una sorpresa.
- Pues se ha estropeado.-dijo mirando al suelo.
- ¿Vas a contarme lo que ha pasado? –pregunté, asintió y entramos en su casa.
- ¿Dónde estabais? –preguntó Niall.
- Menos mal que ibas a tardar poco.-le dijo Ann.
- ¿Y Louis? –preguntó Harry. Mal, Harry, mal.
- ¿Estás bien, Mel? –preguntó April mirándola, tenía los ojos rojos de haber llorado. Ni siquiera contestó, subió corriendo a su habitación y escuchamos un portazo. Todos me miraron inmediatamente.
- ¿Qué ha pasado? –me preguntó Zayn aunque todos los demás me hacían la misma pregunta con la mirada.

Les conté lo que había pasado, diciéndoles que aún no había hablado con ella y no sabía realmente qué era lo que había ocurrido con Jake a parte de lo que Louis había visto.

Nos quedamos sentados en el salón, supusimos que querría estar sola, así que ninguno de nosotros subió a verla hasta que fue la hora de comer.

- Mel, vamos a comer.-dije después de golpear un par de veces la puerta suavemente.
- No tengo hambre, empezad sin mí.-Ya sabía yo que su respuesta iba a ser esa.
- Pero.-
- Liam por favor, no tengo ganas, de verdad.-me interrumpió.
- Está bien, como quieras.-dije y bajé de nuevo con los demás.

Después de comer, volví a intentar hablar con ella, pero seguía sin querer salir de la habitación, pensamos que lo mejor sería que se la pasara un poco y mañana lo intentaría de nuevo.

Victoria Gray

Se fueron todos de casa de Melanie, menos yo claro que me quedaba en su casa estos días, a la hora de cenar tampoco quiso bajar y como sus padres no volvían hasta mañana, no había forma de obligarla, no me hacía ni caso.

- Mel.-repetí. Había perdido la cuenta de las veces que la había llamado durante la tarde para que me dejara entrar.
- ¿Qué quieres? –preguntó esta vez enfadada.
- Que me dejes entrar, quiero dormir.-respondí y no obtuve respuesta. Unos segundos después, abrió la puerta.-Gracias.-dije mientras ella se tumbaba de nuevo en la cama.

Me puse el pijama y abrí la cama supletoria que había debajo de la suya, me metí y apagué la luz.

- Mel.-la llamé, no paraba de llorar.- Mel, cuéntame qué ha pasado con Louis, tienes que desahogarte.-
- No quiero hablar de ello.
- Si te callas es peor.-dije encendiendo la luz de nuevo.- Venga, suéltalo todo, ya verás como después te sientes algo mejor.-dije sentándome a su lado en la cama.

Empezó a contarme todo, que se había encontrado con Jake, que la había besado a la fuerza y que ella le había pegado, que después cuando volvía a casa, vió a Louis y que se había marchado sin dejarla dar explicaciones.

- Tranquila, seguro que cuando se le pase el enfado podréis hablar y todo se arreglará.-dije abrazándola.
- No estoy tan segura, Vic. Si le hubieras visto cómo me miraba…-volvía a llorar.
- Ha sido un día duro, intenta descansar un poco, ¿vale? –Ella asintió con la cabeza y al rato ambas nos quedamos dormidas.

Melanie Flint

Habían pasado unos cuatro días desde que Louis se había marchado, exactamente era 24 de diciembre, su cumpleaños. En esos días no había salido apenas de casa por lo que no había visto mucho a los demás, tan solo el rato que pasaban cada día a casa a hacerme una pequeña visita.

Llevaba pensándolo día y noche durante estos días y lo tenía decidido. Terminé de vestirme: unos vaqueros, un jersey azul a juego con las botas, cogí los guantes, la bufanda y un gorro de lana, metí lo justo y necesario: el móvil y algo de dinero y lo metí en una mochila pequeña. Me peiné y me hice la raya inferior del ojo, un poco de rímel y salí de la habitación. Abajo estaban todos en el salón, viendo una película mientras comían palomitas.

- ¿Dónde vas? –me preguntó Liam que abrazaba a April. Algo había pasado entre ellos dos y no me había enterado.
- A Doncaster.-contesté firmemente, poniéndome el gorro frente al espejo de la entrada.
- ¿Qué?-preguntaron casi todos a la vez.
- No aguanto más, tengo que hablar con él y si no me coge el teléfono tendré que ir en persona.
- Pero…¿y tus padres? –preguntó Ann.
- Lo saben. Volveré mañana seguramente así que Vic no te preocupes, les he dicho que te quedas en mi habitación, como hasta ahora.-Ella asintió con la cabeza a modo de respuesta.
- Mucha suerte, Mel.-dijo Zayn y sonreí.
- Gracias.-suspiré.- Me voy, no quiero perder el tren.- Liam se levantó a darme un abrazo.- Creo que hay algo que me tienes que contar, Payne.-susurré y vi que se sonrojó levemente.
- Cuando vuelvas.-me contestó.- Suerte Pecas.

Besé su mejilla y salí de casa. Caminé hasta la estación, tuve que esperar media hora hasta que el tren se pusiese rumbo a Doncaster. Pasé el camino escuchando un poco de música, intentando relajarme, algo un poco imposible, ¿y si llegaba y aún así no quería verme? Esa pregunta no hacía más que rondar por mi cabeza y en menos de lo que esperaba habíamos llegado. Sabía la dirección de su casa así que pregunté a una señora por la calle que muy amablemente me indicó el camino. No tardé en estar frente a su casa. Nerviosa. Mucho. Con el dedo apunto de hacer sonar el timbre.



Hey Girls! Aquí os dejo otro capi, espero que os haya gustado que esta fic se está acabando, quedan muy poquitos capítulos :) Muchísimas gracias por todo. Love you all <3


martes, 20 de noviembre de 2012

~Capítulo Cuarenta y Cinco: “Vacaciones”~




Liam Payne

El tren salía temprano, a las ocho de la mañana así que les hice madrugar a todos aunque claro, no venían por despedirme a mí, digamos que había cuatro “razones” femeninas por las que habían hecho el esfuerzo de salir de la cama a esas horas.

Habíamos quedado con las chicas ya en la estación, así que fuimos directamente allí. Cuando llegamos las vimos en un rincón, esperándonos, rodeadas de maletas.

- ¿Pensáis quedaros allí hasta el año que viene o qué? –no pude evitar preguntar cuando llegamos hasta ellas. Anne y Melanie llevaban solamente una maleta pequeña porque tenían muchas cosas en su casa, pero las demás llevaban dos, incluso Vic llevaba tres.
- Llevamos lo justo y necesario.-respondió Vic.
- ¿Lo necesario? –dijo Zayn abrazándola desde atrás.- ¿Cuántas veces piensas cambiarte de ropa al día?
- Hombres.-resopló.- No entendéis nada.-y todos reímos.

Avisaron por megafonía que nuestro tren estaba a punto de salir, así que las chicas se despidieron de ellos con bastante pesar, ellas pensaban que no iban a verse hasta el final de las vacaciones, pero estaban totalmente equivocadas.

Después de todos los besos y abrazos que se dieron y un “no te quejarás de la compañía, eh Liam” por parte de los chicos cuando me despedí de ellos, subimos al tren. Nos sentamos y fuimos casi todo el camino hablando y haciendo bromas. Cuando llegamos, estaban mis hermanas esperándonos allí y Amanda, que venía a recoger a Gab.

- Vaya Liam, Londres te ha sentado genial.-dijo Amanda dándome dos besos, interrumpiendo mi conversación con Ruth. No quería parecer grosero pero es que no la soportaba.
- Tenemos que irnos.-dije apartándola de mí un poco, se había quedado demasiado cerca, estaba agobiándome.
- ¿Nos veremos algún día no? –volvió a hablar. Pesada.
- Me gustaría dejar las maletas y descansar un rato, ¿nos vamos a casa? –dijo Gabriella antes de que tuviera que contestarla. Su prima resopló.
- Está bien.-dijo finalmente.- Hasta pronto, Liam.-dijo saliendo de la estación.
- Os llamo después chicas.-dijo Gabriella antes de seguir a Amanda. Articulé un “gracias” con los labios antes de que se fuera y ella me guiñó un ojo.
- Creo que te va a perseguir durante todas las vacaciones.-dijo Mel poniendo una mano en mi hombro.
- Gracias por tu apoyo, Pecas.-dije irónico.
- ¿Qué tal si nosotros también nos vamos?-propuso Ann.

Así que cada uno con su maleta empezamos a andar hasta nuestras respectivas casas que no estaban muy lejos de la estación. Estuvimos hablando con mis hermanas bueno, casi todos, desde el encuentro con Amanda, April no había dicho ni una palabra y sinceramente, me preocupaba que pensara que entre Amanda y yo había algo, y por ello decidí quedarme un poco retrasado hasta llegar a su lado y caminar junto a ella.

- Estás muy callada, April.-dije.- ¿Te pasa algo?
- No, nada.-dijo y después de una breve pausa añadió.- ¿Quién era esa chica de la estación?
- ¿Amanda? Es solo…una compañera de clase.
- Parecía que tenía mucha confianza contigo.-dijo.
- Ella es así, un poco pesada.-dije soltando una risilla.
- ¿Te gusta? –preguntó directamente. Me dejó totalmente K.O. y estábamos a punto de llegar a mi casa.
- ¿Qué?
- Liam, después vamos a dar una vuelta por ahí, te apuntas, ¿verdad? –Muy oportuna, gracias Ann. Te adoro.
- Si, claro.-contesté mirando todavía a April, esperando su respuesta.
- Luego nos vemos.-me dijo ella y antes de que anduviera tras Anne, la cogí del brazo, haciendo que girara para mirarme de nuevo.
- Tú y yo tenemos una conversación pendiente.-dije lo suficiente bajito para que las demás cotillas no se enteraran.
- Olvida lo que te he dicho, Liam. Me he metido donde no me llaman.-contestó.- Hasta luego.-dijo para después marcharse.

Victoria Gray

- ¿Hay alguien en casa? –gritó Mel nada más entramos en su casa. Esperó un momento para volver a hablar.- Está claro que no.
- Estás loca, eh.-le dije riendo.
- Anda ven, habrá que dejar en algún sitio todas esas cosas que has traído.-
- Otra igual.-refunfuñé.
- ¿Qué piensas, ligar por aquí? No hay chicos guapos por aquí.-ahora la que reía era ella mientras subía las escaleras.
- Calla, ¿para qué voy a querer ligar cuando tengo un novio estupendísimo? –dije siguiéndola escaleras arriba.
- Vale, vale, no he dicho nada.-dijo abriendo la puerta de una habitación.- Bueno, no te librarás de dormir conmigo en estos días.-
- Creo que podré soportarlo.-dije recibiendo al instante un leve empujón por su parte.
- Te haré un huequecito en el armario.-dijo abriéndolo y moviendo todas las perchas hacia la derecha.- Ahí tienes, el trozo de la izquierda para ti.
Nos pusimos a deshacer mi maleta porque ella había traído pocas cosas y al rato vinieron sus padres. Después de comer, salimos con las demás y Liam a dar una vuelta por allí.

Al día siguiente nos despertó el timbre de la puerta.

- ¿Quién será a estas horas?-pregunté en alto, aún medio dormida.
- Ni idea, voy a ver.-Mel se levantó y bajó en pijama a ver quien era.- ¡Tenemos visita! –gritó para que la escuchara y bajé también.
- ¡Buenos días! –En la puerta estaban April, Gab y Ann con cinco cafés y una bolsa, supongo que con bollos dentro.-
- Os traemos el desayuno.-dijo sonriente Gab.

Entraron y nos pusimos a desayunar en la cocina. Habían traído unos croissants riquísimos. Pensamos quedarnos allí toda la mañana, viendo películas con una manta en el sofá porque fuera hacía bastante frío y no nos apetecía salir.

- Chicas tengo que ir un momento al centro comercial, recado de mi madre, ahora vuelvo.-dijo poniéndose su abrigo.
- Aquí te esperamos.-contestó Ann mientras le daba al “play” de nuevo para seguir viendo la película. Pero a los pocos minutos alguien llamó al timbre, interrumpiéndonos.
- ¡Buenos días! –reconocimos la voz de Liam.
- ¡Buenos días! –contestamos todas a la vez.
- ¿Qué te trae por aquí? –preguntó Anne que era la que se había levantado a abrir.
- Os traigo una sorpresa.-dijo y de inmediato todas nos giramos curiosas por saber lo qué tenía que decir.- Podéis pasar, chicos.-dijo. Al oírle todas sonreímos como idiotas, aunque yo, me quedé un poco triste al ver que entraban Louis, Niall y Harry pero no había rastro de Zayn. Nos levantamos a saludarles.- No ha podido venir.-me dijo Liam.
 - No pasa nada.-sonreí levemente.
- ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¿“No pasa nada”? –dijo imitándome.- ¿Tampoco piensas venir a darme un beso?
- Eres un.-dije dándole en el brazo.
- No lo digas, espera, ¿estupendo? ¿genial? –rió.
- Prefiero idiota, imbécil.-contesté antes de besarle.
- ¿Y Mel? –preguntó Louis.
- Ha salido a hacer un recado, dijo que no tardaría en volver.-respondió Gab sentada sobre las piernas de Niall.
- ¿Sabéis donde? –volvió a preguntar.- Así voy a buscarla.
- Ha ido al centro comercial.-contestó esta vez Ann.
Liam le indicó por donde tenía que ir para llegar hasta allí y fue en busca de Melanie.
- ¿Estáis viendo “Love Actually” y no me avisáis? –dijo de repente Harry, acercándose a la tele.
- Cariño, ni siquiera sabíamos que estabas aquí.-dijo Ann riendo.-

Volvimos a sentarnos en el sofá, todos esta vez y por segunda vez, Anne le dio al “play” para seguir viendo la película.

Louis Tomlinson

Me desilusioné un poco al no verla allí, pregunté por ella y decidí ir a buscarla. Salí de casa de Mel, siguiendo las instrucciones que Liam me había dado para llegar al centro comercial. Espero no perderme porque he de admitir que era un poco torpe en cuanto a la orientación se refiere. Unos quince minutos después, estaba en frente del centro comercial y entré aunque no tenía ni idea de exactamente donde estaba. Empecé a andar por uno de los pasillos cuando la ví. No puede ser. No podía creer lo que estaba viendo. Deseaba con todas mis fuerzas que mis ojos me estuvieran engañando, que me estuvieran jugando una mala pasada, pero por desgracia no era así. Salí de allí antes de que me viera y volví a su casa. Liam me abrió.

- ¿Y Mel? –me preguntó.
- Estaba ocupada.-contesté serio.
- ¿Qué ha pasado, Lou? –preguntó de nuevo.
- Necesito irme de aquí ahora mismo.-dije.
- Ahora vuelvo chicos.-dijo Liam y cerró la puerta tras él. Andamos los pocos metros que había hasta su casa. Subí las escaleras hasta su habitación para recoger mis cosas.- ¿Quieres contarme qué demonios ha ocurrido?
- Que soy un idiota, ¿sabes? Siento que sea tu mejor amiga, Liam pero se ha estado riendo de mí todo este tiempo.-me senté en la cama, escondiendo mi cara en mis manos.
- Sabes que no es así, Mel te quiere, lo sé.
- Al parecer a ti también te ha engañado, la he visto besándose con Jake.-respiré hondo, cogí mi maleta y salí de allí con Liam persiguiéndome.
- Eso no puede ser, Lou.-dijo ya cuando estábamos en la calle.
- Lo he visto, Liam. Me voy, lo siento pero no puedo quedarme.- En ese momento la vi, volviendo a su casa con una bolsa y sonrió nada más verme.
- ¡¿Louis?! ¿Qué haces aquí? Creí que ibas a Doncaster.-dijo acercándose a nosotros, iba a darme un beso pero me aparté.-
- Me voy ahora mismo, así no seré un estorbo y tendrás el camino libre.
- ¿De qué hablas? Louis no entiendo nada.
- No te hagas la tonta, te he visto en el centro comercial, con tu querido Jake.-miré al cielo y resoplé.- Liam, ¿me acompañas a la estación? No tengo nada más que hacer aquí.-él asintió con la cabeza.
- Pero Louis déjame que te explique.-me miró con los ojos llorosos.
- No hay nada que explicar Mel, lo he visto todo muy claro. ¿Lo has pasado bien engañándome este tiempo?
- Louis, créeme, ha sido él quien lo ha hecho, yo…te quiero.-las lágrimas empezaban a salir por sus ojos.- de verdad.
- No puedo creerte.-dije y empecé a andar en dirección a la estación. Sabía que no soportaría verla llorar y terminaría ablandándome.
- Deberías quedarte y hablarlo con ella.-dijo Liam cuando esperábamos a que saliera mi tren.- A lo mejor no ha sido lo que parecía.
- Lo he visto con mis propios ojos. Estaban besándose.

Tras unos quince minutos, subí al tren con dirección Londres, y allí cogería el tren hasta Doncaster. Estaba destrozado, no creía que ella fuera ese tipo de chicas, no pensaba que ella hubiera sido capaz de hacerme aquello.


Hey girls! Aquí os traigo un capi nuevo con lo que os dije que no os gustaría...pero es para darle un poquito de emoción a estos últimos capítulos Jijiji Ah! Y no os adelantéis a los acontecimientos, en el próximo capítulo sabréis la otra parte de lo que ha pasado... En fin, que espero que os haya gustado y muchísimas gracias por todo. Love you all <3