domingo, 30 de septiembre de 2012

~Capítulo Treinta y Ocho: “Una locura”~




Melanie Flint

Era un viernes de octubre en el que afortunadamente no teníamos clase. Vic y Anne seguían dormidas cuando me desperté. Me metí al baño, me di una ducha y tras ponerme unos vaqueros, una sudadera rosa con una camiseta de manga corta dentro y las converse rosas, me dispuse a salir aunque no me dio tiempo.

- Mel, ¿dónde vas? –preguntó Vic.
- A desayunar, ¿por? –contesté.
- Tengo algo para ti.-dijo rebuscando en un cajón de su mesilla.- Toma.-y me entregó un papel.
-  ¿Y esto?
- Para ti.-dijo de nuevo.
- ¿De parte de quién?
- Tengo prohibido decírtelo.-dijo.- Me voy a dormir un rato más.-dijo dándose media vuelta en la cama.
- Hasta luego.-dije con la nota en la mano, pensando de quién podría ser.

Salí de la habitación y leí lo que ponía.

“¿Estás aventurera hoy? ¿Te apetece ir de compras? ¿Y ver un sitio estupendo? Si tu respuesta es un sí a todas las anteriores o a cualquiera de ellas, ve al parking de la universidad, hay alguien a quien quieres mucho que te estará esperando por la mañana para llevarte a pasar un día estupendo. Te preguntarás dónde pero no puedo decírtelo, pensarías que es una gran locura y tu respuesta sería negativa de inmediato.”

Fui a la cafetería y cogí un paquete de galletas de chocolate, me las fui comiendo mientras andaba al aparcamiento y pensaba en quien podría haberme mandado la nota. Solo se me ocurría un loco que podría tener estas ideas: Louis, así que sin dudarlo y sin pensarlo dos veces, iría donde quisiera que fuese que íbamos a ir. Esperé encontrármele a él en el parking pero me equivoqué.

- ¿Liam? –pregunté acercándome a él.
- Buenos días, Pecas.-me saludó con un beso en la mejilla.
- ¿Esto es idea tuya? ¿Dónde vamos? –pregunté de nuevo.
- Conmigo a ningún sitio, tan solo soy el intermediario.-rió.
- Ya me parecía a mí que tú no estabas loco.
- Por lo visto tú sí.
- No tenía nada mejor que hacer hoy.-reí.
- Vamos, anda.

Subimos a un taxi que estaba esperando allí, en medio del trayecto me tuvo que tapar los ojos con un pañuelo.

- ¿Esto es necesario, Liam? Sabes que odio ir a ciegas.-dije.
- El loco lo ha ordenado, piensa que si no, te arrepentirás.-resoplé.

Me ayudó a bajar del coche y me cogió de la mano para guiarme. Oía mucho ruido por lo que debíamos estar en un sitio con bastante gente.

- Ponte esto también.-dijo Liam dándome unos auriculares.
- ¿En serio? –reí.
- Tu haz lo que te digo.-insistió Liam. Me los puse y empezó a sonar la música que había en la radio en aquel momento.

Seguimos andando un poco más, subiendo incluso escaleras mecánicas. No entendía a qué venía todo esto. Ahora parecía que estábamos en una especie de tubo, subimos unos escalones más y con un toque en el hombro me indicó que me sentara. Me besó en la mejilla cuando estuve sentada e inmediatamente me quité los cascos.

- Pasadlo bien.-me dijo y no me dio tiempo a decirle nada más porque escuché sus pasos alejándose de donde yo estaba.

Noté que estábamos en un sitio cerrado y que se movía puesto que empecé a escuchar el sonido de un motor. Unas manos desabrocharon el nudo que Liam había hecho en el pañuelo y efectivamente, no me había equivocado al pensar que el loco era Louis. Ahí estaba, a mi lado, mirándome con sus impresionantes ojos grises y esa sonrisa por la que había perdido sin darme cuenta la cabeza.

- Espera, Lou, estamos en un ¿avión? –antes de que el pudiera confirmármelo, se le adelantó la azafata indicándonos que nos abrocháramos el cinturón de seguridad para despegar.
- Si, eso parece.-sonrió.
- ¿Dónde vamos? –pregunté mientras el avión se dirigía a la pista de despegue.
- Lo verás cuando lleguemos.-dijo.
- Estás loco.-dije negando levemente con la cabeza.
- Eso no es nada nuevo.-y sonreí dándole la razón.

Louis Tomlinson

- Ya sabes lo que tienes que hacer.-le dije a Liam antes de salir de casa.
- Claro, no te preocupes, yo me encargo de ella.-respondió y salí de allí.

Bajé a por el coche y salí en dirección al aeropuerto. Había conseguido volar hasta Los Ángeles en el avión privado en el que viajábamos todos cuando fuimos la última vez. Me metí en el avión y me senté en uno de los asientos a esperarla, si es que aceptaba, claro. Miré el reloj, si lo hacía, en media hora más o menos debería aparecer por aquí. Me entretuve escuchando un poco de música y unos cuarenta y cinco minutos después, vi llegar a Liam con ella de la mano, con los ojos tapados y los auriculares puesto, tal y como le había dicho. La trajo hasta mí y en cuanto se sentó, se quitó los cascos, él la besó en la mejilla.

- Pasadlo bien.-dijo antes de irse y de desearme suerte. Articulé un “gracias” y después desapareció de allí.

Le hice una señal a la azafata para que le indicara al piloto que ya podíamos irnos y después desabroché el nudo del pañuelo que no la dejaba ver.

- Espera, Lou, estamos en un ¿avión? –dijo mirando por todas partes, sonreí y la azafata nos dijo que nos pusiéramos el cinturón de seguridad.
- Si, eso parece.-dije.
- ¿Dónde vamos? –preguntó cuando el avión empezaba a moverse.
- Lo verás cuando lleguemos.-contesté.
- Estás loco.-dijo negando levemente con la cabeza.
- Eso no es nada nuevo.-dije y ella me regaló una de sus sonrisas dándome la razón.

Durante el vuelo fuimos hablando de todo un poco, riendo, escuchando música a ratos y otros jugando a las cartas.

- ¿Falta mucho para llegar? –preguntó y miré el reloj.
- Aún nos quedan unas tres horas o así, duérmete un poco si quieres.
- La última vez que viajé contigo y me dormí, mi foto acabó en twitter.-reímos los dos.
- Prometo no hacerlo de nuevo, esta vez lo digo de verdad.-dije.
- Te mataré si vuelves a hacerlo.-dijo cerrando los ojos, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento y sonreí.

Se durmió a los pocos minutos y poco a poco su cabeza fue cayendo de lado hasta quedar apoyada sobre mi hombro, apoyé ligeramente mi cabeza sobre la suya y al rato, me dormí yo también.

Un suave golpe en el brazo hizo que despertara, abrí los ojos y me encontré con la cara de la azafata.

- Vamos a aterrizar, tenéis que poneros el cinturón.-dijo.
- Claro, gracias.-contesté y fue a sentarse para prepararse para el aterrizaje.- Mel.-susurré, aún seguía dormida sobre mi hombro.- Mel.-acaricié su mejilla y abrió los ojos.- Despierta, enana dormilona, estamos a punto de aterrizar.
- Al fin podré saber dónde demonios estamos.-dijo incorporándose y nos pusimos el cinturón de nuevo.
- Ese vocabulario, señorita.-dije riendo y ella me sacó la lengua.

Melanie Flint

Cuando bajé del avión y salimos del aeropuerto no podía creer donde estábamos.

- No me lo puedo creer.-dije mirando aquellas tres enormes letras “LAX”.- Estás más loco de lo que pensaba.-me miró sonriendo.
- Veo que no te gusta nada donde te he traído.-dijo él sonriendo.
- Para nada.-me quité la sudadera y me la até a la cintura con un nudo. Hacia sol y una temperatura muy agradable.- ¿Y ahora qué?
- Ahora vamos al hotel.-respondió.
- ¿Hotel? ¿Cuánto vamos a estar aquí? No tengo nada de ro.-me interrumpió.
- ¿Leíste bien la nota? –asentí con la cabeza.- Ahí decía que iríamos de compras.
- Tampoco traje dinero, solo he venido con el móvil.-dije sacándolo del bolsillo del vaquero.
- ¿Quién ha dicho que tengas que pagar tú nada? –Y sin dejarme replicar más, subimos a un taxi que nos llevo hasta el hotel.

Estaba al lado de la playa, entramos y después de dar su nombre, le entregaron la llave de dos habitaciones. Nos montamos en el ascensor y subimos a la cuarta planta, andamos un poco por el pasillo hasta llegar a nuestras habitaciones.

- Toma, la 416 para ti.-dijo dándome la llave.- La mía es la de al lado. Te espero en media hora abajo para ir a hacer esas compras.
- Señor, sí, señor.-dije riendo.
- Media hora.-repitió mirándome.
- Que sí, lo he entendido, media hora.-dije haciéndole burla y abrí la puerta para entrar en la habitación.

Era enorme. Con una cama de matrimonio a la que fui directamente a tumbarme, un armario bastante grande y una televisión. Al rato me levanté para ir a cotillear el cuarto de baño, enorme también con una gran bañera. Me lavé la cara para despejarme un poco, miré la hora en el móvil y decidí bajar ya para no llegar tarde. No pude evitar pensar el porqué de todo esto mientras estaba en el ascensor, aunque no se me ocurría ninguna razón. Salí del ascensor y le vi apoyado en la pared, mirando por la ventana de la recepción, sonreí y me acerqué despacio por detrás.

- ¿No había habitaciones más grandes para una persona, no? –dije riendo y se sobresaltó.
- No vuelvas a hacer eso, enana.-dijo mirándome.- Y no, no las había.-reímos los dos.- ¿Lista para ir de compras?
- Sabes que para eso lo estoy siempre.-sonreímos y salimos del hotel.

Estuvimos andando por las calles del centro de Los Ángeles y entrando en casi todas las tiendas, al final, volvimos al hotel después de comer, cargados con un montón de bolsas cada uno.

- Estoy agotada.-dije frente a la puerta de la habitación.
- Te dejo descansar una hora y luego ponte el bikini ese que te has comprado, vamos a pasar la tarde en la playa.
- Querrás decir el que prácticamente me has obligado a comprarme.-dije y él rió.
- Si te gusta más decirlo así.
- Pienso pagarte toda esta ropa en cuanto lleguemos a Londres.-dije mirando todas las bolsas que llevaba.
- Ah no, ni se te ocurra.-contestó.
- Por supuesto que lo haré.
- No.
- Sí.
- No, tómalo como un regalo por mi parte.-dijo y resoplé.
- No entiendo nada.-dije mirándole.
- ¿De qué?
- Todo esto, no sé a qué viene.-sonrió mirándome.
- Hay una razón que sabrás esta tarde, tú solo déjate llevar.-dijo.- Nos vemos en una hora.-y entró en su habitación.

Entré en la mía, dejé las bolsas en el suelo y me tumbé en la cama pensando en lo que había dicho. “Déjate llevar”. Exactamente esas dos palabras me las había dicho Liam hacía unas semanas y creo que era lo que iba a hacer.




Hey girls! Antes que nada, ¡no me matéis por dejarlo así por favor! Jajajaja he tenido que parar ahí porque si no era un capítulo muy largo, pero prometo que ahora mismo sigo escribiendo para subirlos la continuación mañana o pasado. Espero que os haya gustado. Muchísimas gracias por leer y comentar :) Love u all <3

P.D.: Escritora muerta con el gif de Lou.

jueves, 27 de septiembre de 2012

~Capítulo Treinta y Siete: “Golf”~




Gabriella Blair

Hoy era el día. Sí, el día de la cita con Niall. Estaba nerviosa, para qué mentir, y mucho la verdad, no sabía dónde iríamos pero seguramente que sería genial solo por pasar un día entero en su compañía.

- Deja de mirar el armario, le gustarás de todas formas, Gabs.-me dijo April antes de salir de la habitación.
- Espera, no te vayas, ¿qué te parece esto? –le enseñé unos vaqueros pitillo claritos, con una blusa roja con la espalda al aire.
- Estarás preciosa.-dijo y sonreí.- Y tranquilízate, por favor.-me dijo ya en la puerta.
- Gracias April.-
- Suerte Gabs.-me guiñó un ojo y salió de la habitación.

Me metí a la ducha, cuando salí, dejé el pelo al aire para que se fuera secando un poco mientras me vestía. Me puse la ropa elegida y unas manoletinas rojas, después, me ayudé del secador para terminar de peinarme, decidí dejar mi pelo tal y como era, liso y recto, bastante largo. Me maquillé sin exagerar, tan solo una raya inferior en los ojos, algo de colorete y rímel. Me eché un poco de colonia y justo cuando estaba terminando de meter el monedero y el móvil en el bolso, llamaron a la puerta. Me miré en el espejo, resoplé y fui a abrir la puerta. Allí me le encontré, vestido con un polo azul oscuro, unos pantalones blancos y las zapatillas a juego con la camiseta y como no, mostrándome una vez más, su preciosa sonrisa, esa que no había salido de mi cabeza durante las últimas semanas.

- Buenos días.-dijo dándome un beso en la mejilla.
- Buenos días.-sonreí.-
- ¿Nos vamos? –preguntó.
- Claro.-cogí el bolso y salimos de allí.
- Bueno como aún no tengo carné, tenemos chófer privado.-dijo cuando llegamos al coche. Abrió la puerta trasera y me indicó que entrara.- Señorita.
- Gracias caballero.-dije igual y reímos.
- Buenos días.-dijo una voz familiar.
- ¿Louis? ¿Tú eres el chófer? –pregunté riendo.
- Ya ves, Nialler me utiliza.
- Al menos te pagará bien, ¿no? –él negó con la cabeza. Me giré a mirar a Niall que estaba a mi lado.
- ¿Qué? Los amigos están para eso.-contestó Niall.
- También tienes razón.-dije yo.- ¿Tampoco vas a decirme tú dónde me lleva este? –le pregunté a Louis.
- Ah no, lo siento, no me dejan decirlo.
- Si esto es un secuestro caerá sobre tu conciencia, Tommo.-y los tres volvimos a reír.

Después de llevar un rato en el coche, Niall me tapó los ojos, porque si no, según él, no tendría gracia la sorpresa. Tras unos minutos más de camino noté como nos parábamos así que supuse que habríamos llegado.

- Bueno gracias por traernos a donde quiera que estemos.-dije aun con la venda puesta.
- De nada.-contestó Louis.- pasarlo bien y si queréis que venga  a por vosotros, me llamáis.
- Claro, gracias tío.-le dijo Niall y escuché que Louis encendía de nuevo el coche y se alejaba de allí.
- ¿Y bien? ¿Me quitas esto ya? –pregunté.
- Eres muy impaciente, ¿no? –rió Niall.
- Venga anda, por favor.-dije.
- Está bien, está bien.-noté como sus manos desataban la venda y dejaban a mi vista un campo verde, espera, esto es un ¿campo de golf? Me giré a mirarle y debí poner una cara rarísima que le hizo gracia.- No me mires así, y sí, vamos a jugar al golf.-sonrió y ahora la que reí fui yo.
- Pero si yo no tengo ni idea de esto.-dije.
- ¿Y para qué estoy yo, eh? Además, estaremos solos, nadie se reirá si haces el ridículo.-dijo sacándome la lengua después.
- ¡Oye! –protesté dándole en el brazo.
- Era broma, era broma.-dijo levantando las manos.-

Al lado de dónde estábamos había un carrito de golf con la bolsa y los palos y bolas preparados. Nos subimos y recorrimos unos metros, nos bajamos y Niall cogió un palo de una de las bolsas y una pelota.

- Se trata de meter la pelota.-me la enseñaba.- en el hoyo con el menor número de golpes. ¿Lo entiendes?
- Niall, no soy tonta.-dije y él rió.- Te estás ganando otro golpe.
- Eh no, más no, ¿qué clase de cita sería si me estuvieras pegando todo el rato? –Cita. Al oír esa palabra noté que el calor recorría mis mejillas.
- Enséñame, venga, si eres tan bueno.-sonrió colocando la pelota en el suelo.
- Ven.-me coloqué detrás de la pelota.- El palo.-dijo dándomelo, lo cogí y se puso detrás de mí, colocando sus manos sobre las mías, agarrando el palo. Me ponía nerviosa sentirlo tan cerca de mí.- Ahora un ligero movimiento hacia atrás.-hizo lo que estaba diciendo.- y golpeas la bola.-y salió disparada unos metros más allá.- ¿Ves? No es muy complicado.

Niall Horan

Había querido que esta cita fuera diferente, así que se me ocurrió llevarla a jugar al golf aunque puso una cara muy extraña cuando vió donde nos encontrábamos.

Subimos en el carro de golf y conduje un poco hasta llegar a la posición de salida, saqué un palo y una pelota.

- Se trata de meter la pelota.-señalaba la pelota mientras hablaba.- en el hoyo con el menor número de golpes. ¿Lo entiendes?
- Niall, no soy tonta.-dijo y no pude evitar reír.- Te estás ganando otro golpe.
- Eh no, más no, ¿qué clase de cita sería si me estuvieras pegando todo el rato? –Vi que se había sonrojado levemente. ¿Pero cómo era posible que fuera tan adorable?
- Enséñame, venga, si eres tan bueno.-dijo después de unos segundos y sonreí colocando la pelota en el suelo.
- Ven.-dije indicándola que se pusiera tras la pelota.- El palo.-se lo tendí, lo cogió y me coloqué detrás de ella, casi abrazándola. Hice que cogiera el palo de la manera correcta y luego puse mis manos sobre las suyas.- Ahora un ligero movimiento hacia atrás.-dije haciéndolo.- y golpeas la bola.-y salió disparada unos metros más allá.- ¿Ves? No es muy complicado.-dije finalizando la explicación. Ella giró la cabeza para mirarme, sonriendo y nos quedamos durante unos segundos mirándonos, demasiado cerca.- Esto ¿seguimos? –dije finalmente.

Jugamos durante toda la mañana, al final, le había pillado el truco. Después había preparado un picnic allí, normalmente no estaba permitido llevar comida al campo pero como estábamos solos, no importaba. Comimos entre risas, hablando y conociéndonos un poco más. Cada minuto que pasaba con ella, me convencía de que me gustaba cada vez un poco más, por su forma de ser, tan risueña, por esa mirada inocente con la que me miraba a veces, por su sonrisa tan preciosa como ella entera.

Pasamos el resto de la tarde allí sentados y decidimos volver dando un paseo, aunque estaba algo lejos de la residencia, a ninguno de los dos nos importaba caminar aunque al menos por mi parte, había insistido en ir andando para pasar un poco más de tiempo con ella.

- Entonces, he ganado yo, ¿no? –dijo riendo mientras la acompañaba hasta la habitación.
- Me tomas el pelo, ¿verdad? –dije.- Pero si eres malísima.-dije y se cruzó de brazos.
- Eso será que no he tenido un buen profesor.-dijo y echó a correr por el pasillo, y yo detrás, no tarde en alcanzarla y cogerla en brazos, colocándola sobre mi hombro.
- Bájame, Niall.-dijo dándome pequeños golpes en la espalda.
- Retira lo que has dicho.-dije caminando hasta la habitación.
- Solo si me bajas.-dijo y lo hice.- Já, has picado.-rió entrando en su habitación rápidamente y cerrando la puerta en mis narices.
- Tramposa.-grité para que me escuchara dentro, solo se la escuchaba reír. Me encantaba oír su risa.
- Vale, perdón, lo retiro.-dijo abriendo la puerta.- Has sido un buenísimo profesor.-sonrió de nuevo.
- Eso está mucho mejor.-dije.- Ha sido un día genial.
- Totalmente de acuerdo.-me miraba sin parar de sonreír.
- ¿Quieres que mañana vayamos a comer por ahí?-dije sin pensarlo dos veces y ella aceptó con la misma rapidez.
- Por supuesto. Hasta mañana entonces, Nialler.-sonrió besándome la mejilla.
- Hasta mañana, Gabs.-

Louis Tomlinson

- ¿Pero tú no hacías hoy de chofer? –me preguntó Liam llegando al salón.
- Solo de ida.-dije estirado en el sofá. Él se sentó a mi lado y vimos un poco la televisión en silencio. Decidí romperlo.- Liam.
- Dime.
- Tú sabes que estoy enamorado de Mel, ¿verdad? –dije mirando aun la pantalla de la tele.
- Sí, algo me olía.-dijo y reímos.
- Hablo en serio.-dije.- ¿Crees que sienta lo mismo por mí?
- Es posible.
- Si lo supieras no me lo dirías, ¿no? –pregunté alzando una ceja.
- Lo siento.-dijo encogiéndose de hombros.
- ¿Sabes? Juraría que ayer en la fiesta se puso celosa.-reí.- Y llevo todo el día pensando, tengo una idea, ¿me ayudarías?
- Sobra esa pregunta, Lou.-contestó.

Entonces empecé a contarle la idea que había tenido. Sonaba a locura y era posible que no saliera bien pero tenía que intentarlo porque ya no aguantaba más sin decirla todo lo que sentía por ella.


 Hey Girls! ¿Qué tal? Siento no haber subido antes, pero no he podido...Hoy que no tenía casi cosas que hacer me he puesto a ello y bueno, ha salido este capítulo que espero que os haya gustado. Muchísimas gracias por todos los comentarios y demás. Love you all <3

domingo, 23 de septiembre de 2012

~Capítulo Treinta y Seis: “Hecha un lío”~




Melanie Flint

- ¡LOUIS! –gritó una voz femenina. Vaya, realmente había personas que tenían una especie de don para interrumpir cuando algo importante va a pasar. En cuanto la escuchamos, nos separamos los dos, habíamos estado a punto de besarnos.- ¡Louis! ¡Cuánto tiempo!-dijo la chica abrazándole, bueno, casi tirándose sobre él. Carraspeé.- Oh, lo siento, he interrumpido, ¿verdad?
- No claro que no.-dije sarcástica.
- Mel, ella es Jane…-se quedó unos segundos callado, mirándome.- Una buena amiga.- ¿Una buena amiga? Hm me apuesto lo que quieras a que también fue tu novia.
- Exacto, ¿y tú eres? –preguntó ella mirándome, bueno más bien, escaneándome de arriba abajo.
- Melanie Flint.-contesté.- Creo que mejor os dejo solos, querréis hablar y esas cosas.-dije seca. Louis me miraba sonriendo. Idiota.- Ya nos veremos, Louis.-dije dándome la vuelta, dirigiéndome a la mesa donde estaban los chicos.-
- Espera un momento, Jane.-pude escuchar que dijo él.- Mel.-me llamó.
- ¿Qué quieres? –dije mirándole. Él se rió.- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Nada, nada.-dijo intentando ponerse algo más serio.- ¿Te vas ya?
- Sí, no tengo nada que hacer aquí ya.-me miró de nuevo.- Además.-continué.- tú ya tienes compañía, no te vas a aburrir porque me vaya si es lo que te preocupa.
- Ah, así que es por eso.-dijo sonriendo.-
- ¿Quieres dejar de sonreír como un idiota? –pregunté algo molesta.
- Es solo una amiga.
- No lo creo.-dije.- Estuvisteis juntos, ¿verdad?
- Estás más guapa aun cuando te pones celosa.-sonrió acercándose a mí.
- Me voy, pásalo bien.-dije consiguiendo apartarme de él.- Y para que lo sepas, NO estoy celosa.-
- No lo creo.-gritó a mi espalda, imitándome.

En mi camino hacia la salida del local, me encontré con Gabriella y Niall, les dije a ellos que me iba a la residencia y que me despidieran de los demás. Pedí un taxi que me llevó hasta allí, llegué a la habitación, me puse el pijama y me metí en la cama. Me quedé despierta, pensando en lo que había estado a punto de pasar en la fiesta, de no ser por Jane, estoy segura que sus labios habrían acabado junto a los míos. Las chicas interrumpieron mis pensamientos cuando entraron por la puerta.

- Mel, ¿por qué te viniste? –preguntó Anne.
- Estaba cansada, necesitaba meterme en la cama.-dije.- ¿Qué tal lo habéis pasado?
- Genial.-contestaron las dos a la vez y reímos.
- Bueno, algunas mejor que otras según tengo entendido.-dijo Vic.
- ¿Ah si? ¿Y eso? –pregunté curiosa, incorporándome, quedando sentada con la espalda apoyada en la pared.
- Gabs y Nialler tienen una cita mañana.-explicó Vic.- April parece que ha conectado perfectamente con Liam y bueno, su parte que lo cuente ella.-señaló a Ann y rió.
- Harry y yo.-dijo algo vergonzosa.- bueno, estamos saliendo oficialmente.
- Oh, me alegro un montón por vosotros.-dije sonriendo.-

Se pusieron el pijama también y se metieron en la cama, apagué la luz pero no podía quedarme dormida, seguía pensando en él, en si realmente me gustaba, o si todavía quería a Jake. Cogí el móvil y escribí un mensaje.

“Necesito hablar contigo como antes, como cuando estábamos en casa. Necesito que me ayudes, ¿nos vemos mañana? Te quiero xx.”

En seguida tuve su respuesta, como esperaba: afirmativa.

Liam Payne

Me levanté y después de desayunar y vestirme salí en dirección a la residencia. Cuando llegué, llamé a la puerta por si aun no se habían levantado, alguien salió de la puerta de al lado.

- Buenos días, April.-le dije.- ¿Mucha resaca? –ambos reímos.
- Que va, estoy perfectamente.-contestó.- ¿Qué haces tú por aquí?
- He venido a ver a Mel, quería hablar conmigo.-dije.- No sé si se habrá levantado ya.
- Seguro que sí, he oído jaleo hace un rato.-sonrió.
- Oye, ¿luego tienes algo que hacer? –negó con la cabeza.- Podríamos ir a tomar algo, claro, solo si te apetece.
- Si claro, por qué no.-sonrió de nuevo.
- ¿Paso a buscarte por aquí a la hora de comer?
- Perfecto. Hasta luego entonces, Liam.-dijo y desapareció por el fondo del pasillo. Me quedé mirándola y sacudí un momento la cabeza. “Liam, a lo que has venido” me dije y volví a llamar a la puerta.
- Vooooooy.-gritó alguien desde dentro y a los pocos minutos, Melanie abrió la puerta.
- ¿Estás sorda o qué? Es la segunda vez que llamo.-dije riendo.
- Perdón, perdón.-besó mi mejilla.-
- ¿Y las demás?
- Se han ido con sus chicos.-contestó.
- ¿Y bien? ¿Qué es lo que te pasa? –pregunté.
- ¿Vamos fuera mejor? Hace buen día.-sugirió.

Cogió el móvil y algo de dinero y salimos fuera de la residencia, andamos un rato por el campus hasta sentarnos en el césped, a la sombra de un árbol. Nos quedamos un momento callados, mirando al cielo, hasta que ella rompió el silencio con un suspiro.

- Vamos, Mel, suéltalo de una vez.-dije.
- Estoy hecha un lío, Liam.-dijo y la miré.-
- Déjame adivinar.-puse una mano en mi barbilla, haciendo que pensaba.- ¿Louis? ¿Jake? ¿Los dos?
- Ayer casi nos besamos.
- ¿Louis y tú?
- No, la pared y yo, pues claro, ¿Quién si no? –dijo y reí.
- ¿Y por qué ese “casi”?
- Vino una amiga suya, una tal Jane, ¿la conoces? –
- Por eso te fuiste, ¿no? –asintió levemente con la cabeza.- Y sí la conocí cuando formamos el grupo y eso, nos la presentó como una amiga, creo que fue su primera novia.-No sé si debería habérselo dicho.
- Me lo imaginaba.
- Eh, eso son cosas del pasado, tan solo son amigos ahora.-la miré- ¿Le quieres?
- Sé que siento algo por él, me ha ayudado tanto con lo de Jake, se preocupa por mí, es adorable pero no sé si estoy preparada para volver a enamorarme de alguien, lo de Jake sigue muy reciente, tengo miedo de que me vuelvan a hacer daño, Liam.-apoyó la cabeza sobre mi hombro.
- ¿Sabes qué? –me miró.- He visto cómo os miráis cuando estáis juntos y te conozco muy bien, sé que le quieres y que te has enamorado de él aunque quizás tu cabeza no quiera reconocerlo por eso, porque tienes miedo. Déjate llevar, Mel, Louis es un buen chico y deja que pase lo que tenga que pasar entre vosotros. Además, no todas las relaciones van a salir mal, ¿no?
- Tienes razón.-dijo sonriendo.- Gracias, Liam. No sabes cuánto echaba de menos tener una de nuestras charlas.
- Yo también, pero sabes que me tienes a veinte minutos de aquí y que me puedes llamar siempre que lo necesites.-sonreí también.
- Lo mismo digo. Me han dicho que lo pasaste bien con April anoche.-sentí que me había sonrojado.
- Bueno…-dije.
- No te hagas de rogar, si me lo terminarás contando.-reímos porque tenía razón.

La conté que habíamos pasado la noche hablando, que me había parecido una chica estupenda y que había quedado con ella a comer. Pasamos el resto de la mañana allí sentados, riendo y hablando de todo un poco, de nuestras cosas, como solíamos hacer cuando estábamos en Wolverhampton.






Hey girls! ¿Qué tal todo? Aquí os dejo un nuevo capítulo, espero que os guste. Muchas gracias por todos los comentarios y gracias por leer. Subiré lo antes posible. Love you all <3